La máquina de Dios y la democracia como forma de vida

Hoy la humanidad, o mejor dicho la inmensa mayoría de los que habitamos este planeta, ignora completamente y el que conoce la información, al igual que este servidor es incapaz de dimensionar o siquiera imaginar lo que significará el paso dado por el Hombre (el Homo Sapiens o el que fue creado a imagen y semejanza de su creador), al poder reproducir las condiciones que dieron origen a la creación del Universo y ser objeto de estudio, el mas mínimo instante después de este. Al poder poner en funcionamiento el denominado Gran Colisionador de Hadrones (LHC).

Lo que sí me animo a afirmar es que, las sociedades humanas, a través de sus organizaciones e instituciones (familias, comunidades, empresas, estados y Organizaciones Supranacionales) tal cual las conocemos, en un plazo no muy lejano, serán sujetos de formidables cambios.

Estamos sin lugar a dudas, ante un nuevo paradigma.

En esta nueva realidad donde el mundo es cada vez mas chico, gracias a herramientas como la internet, tenemos que estar a la altura de no solo informar, sino generar conocimiento.

Debemos prepararnos para un nuevo contexto internacional y esquema económico en el que el principal activo de un estado no serán sus recursos naturales (energía) o producciones primarias. El principal capital de una sociedad, evidentemente serán los propios individuos que la conforman.
“…Así, la riqueza surge en mayor medida de las significaciones generadas que de los productos y bienes ofrecidos. Los bienes de capital necesarios para crear la mayor parte de la riqueza ya no son tierras, trabajo físico, máquinas, herramientas ni fábricas, sino bienes intelectuales.” (José Luis Lara, El Estado Argentino y la gestión de su conocimiento. Pág. 25)

Serán su capacidad y desarrollo no solo intelectual, sino también el límite de su imaginación y voluntad, debiendo ser contenidos únicamente por los sentidos de la moral y la justicia, los que generen una Nación desarrollada, con libertad e igualdad.

No se puede predecir dentro cuanto tiempo, pero vamos camino a ello.

La democracia como forma de vida:
En este aspecto, el radicalismo, supo aportar en sus casi 120 años de lucha y existencia orgánica, sobradas muestras, ante cada cambio, contexto y coyuntura internacional, su vocación e inclaudicable posición democrática que garantice la libertad y la igualdad como valores no negociables.
Así lo pudo resumir Hipólito Yrigoyen al Presidente Norteamericano H. Hoover, en 1929 “Los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos deben ser sagrados para los pueblos”

No alcanza con garantizarle al hombre el acceso al conocimiento y desarrollar su intelectualidad. El ciudadano debe estar formado moral y espiritualmente, en valores de solidaridad, honestidad y respeto. Esto es capaz de realizarse únicamente de una manera, con el ejemplo. Y los ejemplos se dan desde arriba hacia abajo (pasa en las familias), ¿cómo no va a suceder en la organización de un Estado y en el funcionamiento de las Instituciones de una República?

La austeridad en el manejo de la cosa pública, no puede ser solo una declamación de algunos idealistas. Debe ser una condición sine qua non.

El consenso debe ser un valor democrático en el cual el verdadero diálogo se desarrolle en un marco de debate honesto intelectualmente, sino se transforma en una discusión chicanera del cual se obtiene un resultado de suma cero, donde no gana nadie.

En esta sociedad de hoy en día en la que la apatía por la participación y el desinterés, especialmente, de los jóvenes en la política, que crecieron en los ’90, en pleno proceso de la destrucción de la una educación pública de calidad, que existía y con una plena influencia de la decadencia moral en el manejo de la cosa pública hoy revitalizada, genera un contexto y un caldo de cultivo donde el autoritarismo esta a la vuelta de la esquina.

Raúl R. Alfonsín en el año 1981 sentenciaba “Los gobiernos autoritarios descansan sobre la ignorancia del pueblo. Sólo un pueblo ignorante puede ser dirigido a gusto por la propaganda deformante. En cambio, la democracia no sólo debe impulsar la cultura y la educación, sino que las precisa como condición necesaria para su supervivencia.” (La Cuestión Argentina. Pág. 224).
Entonces, la educación es el punto de apoyo para el desarrollo del individuo, y la ejemplaridad de los dirigentes aporta el equilibrio necesario para el conjunto de una sociedad que quiere vivir en democracia.

El radicalismo debe renovarse y oxigenarse para poder estar a la altura de los tiempos que vienen
Daniel Ivoskus escribió en el año 2007 “La forma de hacer política es conceptualmente diferente porque los tiempos están signados por cambios tecnológicos y sociales de características revolucionarias y paradigmáticas.” (Lo que no se dice no es. Pág. 26)

Los radicales a lo largo de nuestra historia, fijamos en el sufragio, nuestro medio para realizar
nuestro fin, nuestro programa. "Tenemos una meta: la vida, la justicia y la libertad. Tenemos un método para conseguirlo: LA DEMOCRACIA" Raúl R. Alfonsín.

Los radicales necesitamos mas democracia interna para ofrendarle a la sociedad nuestros mejores hombres y mujeres, los radicales necesitamos ejemplaridad de nuestros dirigentes para que la sociedad vuelva a depositar su confianza en nosotros.

Daniel Szurek.